La Organización Mundial de la Salud (OMS), define como Empresa Saludable aquella en la que “los trabajadores y la dirección colaboran en la aplicación de un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y la sostenibilidad del lugar de trabajo”.
El concepto de Empresa Saludable está llegando con fuerza a las empresas españolas, ya que cada vez hay más estudios a nivel internacional que demuestran la repercusión directa del bienestar de los trabajadores sobre la mayor rentabilidad del negocio. Esto convierte a su vez a las organizaciones, en impulsoras del bienestar social, ya que, aunque en España se han mejorado los niveles de vida, también han crecido los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo, que revierten en un incremento de enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, hipertensión, etc. A ello hay que añadir que las exigencias de un entorno laboral cambiante aumenta el nivel de estrés laboral y compromete la salud de los trabajadores.
El Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), como miembro de la la ENHWP (European Network For Workplace Promotion) ha puesto en marcha el proyecto “Red Española de Empresas Saludables”, con el objetivo de promover la cultura de salud en las empresas y reconocer el trabajo bien hecho de aquellas que ya han emprendido su labor en el ámbito del bienestar.
Y ¿cómo emprender el camino para construir una empresa saludable?
Una de las opciones es tomar como punto de partida la prevención de riesgos dentro de la empresa e ir subiendo niveles:
- Nivel I: En él se encuentran las empresas que cumplen el mínimo legal dispuesto en la legislación para evitar accidentes de trabajo, enfermedades profesionales y las correspondientes sanciones administrativas.
- Nivel II: La empresa se involucra y entienda la prevención como parte de la cultura organizacional, e integra la prevención en los valores, la filosofía y el modo de hacer en la empresa.
- Nivel III: Se entiende la empresa desde la perspectiva de la persona, las personas se convierten en una prioridad y en pros de las mismas se crean entornos saludables y felices, obteniendo por el camino ventajas productivas y competitivas.
Existen distintas dimensiones del bienestar y un programa completo implica integrar medidas que aborden el bienestar físico, emocional y social.
Uno de los errores más frecuentes en cuanto a planes de bienestar es realizar medidas aisladas y puntuales para promover la salud o bien copiar modelos de otras empresas atribuyendo sus resultados exitosos a dichos programas. Como consecuencia, las empresas hacen inversiones gigantes en programas que en muchos casos no llegan a calar en los trabajadores y donde no se genera ningún tipo de retorno sobre la inversión.
Los profesionales de la gestión de personas, tienen la responsabilidad de alinear el bienestar con la filosofía empresarial, a través de un diagnóstico responsable y una estrategia de intervención congruente con las necesidades de los trabajadores. Es así como el departamento de talento humano contribuye al crecimiento económico de la organización y mejora la calidad de vida de los trabajadores.
¿Cuáles son algunos de los beneficios de ser una Empresa Saludable?
Cuatro elementos fundamentales a tener en cuenta al elaborar un plan de bienestar son:
1. Establecer el objetivo del programa
2. Evaluar los intereses de los trabajadores
3. Incorporar beneficios existentes
4. Desarrollar una política de comunicación.
Y ¿por qué promover la promoción de la salud en el trabajo?:
La Red europea de promoción de la salud en el trabajo (ENWHP) ha demostrado que la promoción de la salud en el trabajo (PST) mejora el ambiente laboral y es beneficioso para empresa, trabajadores y sociedad. Por otra parte, constata que cada euro invertido en programas de PST genera un retorno la de inversión de entre 2,5 y 4,8 euros en absentismo y de entre 2,3 y 5,9 euros en costes de enfermedad.
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